sábado, 8 de mayo de 2010

Artesanía y Cultura ayacuchana










Artesanía





La riqueza y calidad de la artesanía de Ayacucho, en sus diversas manifestaciones, han hecho que sea considerada como «Capital del Arte Popular y de la Artesanía del Perú». En la artesanía ayacuchana se conjugan técnicas y tradiciones precolombinas con aportes hispanos y la permanente creatividad de los pobladores de la región. Sus expresiones más conocidas son los retablos, las tallas en piedra de Huamanga y los trabajos en platería y filigrana.
Retablos

Retablos Ayacuchanos.
Los Retablos ayacuchanos descendientes directos de los españoles cajones de San Marcos ó de San Antonio, representan en su interior escenas de profundo contenido andino. Son una tradicional muestra de la maravillosa capacidad creadora y artística de los artesanos de esta tierra.
Esta pieza artesanal consiste en una vistosa y colorida caja de madera con doble puerta. Sus paredes están decoradas con flores de distinta naturaleza y presenta horizontalmente una división interior: el Hanan Pacha o mundo celestial y el Kay Pacha o mundo terrenal.
Desde la época de la colonia hasta las últimas décadas, el retablo ayacuchano ha seguido evolucionando. Los niveles de representación son ahora cuatro o seis; los soportes son de metal o de vidrio; los personajes principales suelen ser caudillos históricos y políticos de moda.
Piedra de Huamanga

Piedra de Huamanga.
La piedra de Huamanga es el alabastro, un mineral de color blanco y a veces, con tonalidades que van del gris o plomo al sepia. Se trata de un sedimento de origen volcánico y se caracteriza por su fácil maleabilidad, su color blanquecino y su exclusividad.
Los escultores huamanguinos, en tiempos de la colonia, tallaron cuadros en relieve, delicadas figuras y grupos religiosos policromados al óleo. Las representaciones más frecuentes fueron las vírgenes, santos, nacimientos y el descendimiento de Cristo.
Hacia fines del siglo XVIII aparecieron los temas galantes y los leones chinescos; las figuras se coloreaban de manera transparente. Poco a poco el color fue desapareciendo limitándose sólo a los cabellos y a los rasgos del rostro, usándose el dorado para los detalles. La superficie blanca y pulida de la piedra fue adquiriendo cada vez mayor importancia en el siglo XIX, época en la que las representaciones alegóricas y profanas destacaron sobre las religiosas. Hoy los artífices populares han dado mayor atención a los personajes y temas rurales, y a los grupos escultóricos en los que prevalece la blancura del material.
Orfebrería
Desde el virreinato, los orfebres ayacuchanos alcanzaron gran fama por el notable trabajo que realizaban, esta fama se conserva pues la plata sigue siendo trabajada con magistrales técnicas para el repujado, el burilado y la filigrana, ésta consiste en entrelazar hilos de plata y se emplea para confeccionar prendedores y aretes, entre otras joyas.
Gastronomía
Al igual que otras ciudades del Perú, Ayacucho posee una diversidad de potajes que hacen delicia de quienes lo saborean. Entre los más solicitados figuran el Puca picante, un guiso preparado a base de papa pequeña, maní tostado molido, trozos de carne de chancho y beterraga, que sazonados con ají colorado y otros condimentos, obtiene un sabor y aroma particular que agrada a propios y extraños; también es conocido el Mondongo ayacuchano, una sopa de mote que se cocina durante toda la noche con carne de res, panza de res y tocino de cerdo; se sirve con un aderezo de ají colorado molido y tostado, junto con hierbabuena picada.
Otras atracciones al paladar son el Adobo ayacuchano, Qapchi, Chicharrón, Patachi, Puchero, Uman caldo, Cuy chactado y la Pachamanca ayacuchana.
Entre los postres se recomienda el Muyuchi (helado típico de la región) y para beber, el Ponche ayacuchano, la Chicha de jora, Chicha de molle y la Chicha de siete semillas. También es célebre el pan Chapla de Huamanga, que suelen comerse con mermelada de sauco (fruto típico de la región) o queso serrano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario